Alvaro Mena: "Elegí el tenis por su alta exigencia"

Por Soledad Evans

Con 28 años de edad, ya lleva 19 en la cancha de tenis. Decidió dedicarse a este deporte porque se siente realizado no sólo en lo físico, sino que también en lo psicológico. “Al ser un deporte mental además, exige el desarrollo de la inteligencia dentro de la cancha. Demanda todo, es muy completo y totalmente individual, por lo que no se puede culpar a nadie de tus derrotas”, cuenta a Mc Sports.

Con el tiempo se ha dado cuenta que lo mejor es complementar lo tenístico con las demás actividades que se tengan. El estudia Psicología y considera que ésta es la mejor forma de desarrollarse como ser humano integral. “Terminas rindiendo más en el tenis cuando lo combinas con otras actividades que cuando practicas sólo tenis. Es bueno tener otras actividades que te demanden esfuerzo y sacrificio además del tenis. Si tu vocación no va 100% al tenis, tu motivación te hará dejar la actividad tenística al ir bajando cada vez más tu rendimiento”, cuenta Mena. Además, en su caso también ha contado con el apoyo incondicional de sus padres, “me ven como una persona seria, eso quiere decir, que confían y apoyan todas las decisiones que yo tome. Eso no significa que no analicemos todos los puntos antes de tomar una decisión, pero me apoyan siempre”.

Dentro de los recuerdos que tiene en la cancha, hay muchos partidos, pero dentro de los más importantes se le hace difícil diferenciarlos y nos da un pequeño barniz: “un partido en una qualy de satélite con un argentino; un partido en un nacional de menores; una semifinal en un abierto y un partido en una segunda ronda de un ITF”, recuerda.

Por supuesto, tiene muchos tenistas internacionales que admira por su desempeño, entre los que se encuentran Rafael Nadal, Novak Djokovic, Roger Federer, por mencionar sólo algunos. Además confiesa que le gustaría enfrentarse con Francisco Olivares. “Tiene un juego que parece muy desgastante y pienso que algunas de las cosas que yo hago podrían molestarle, ya que yo no juego como el típico chileno de canchas de arcilla. Eso sí, no me gustaría jugar con él en arcilla, porque ahí jugaría bajo sus condiciones y sería fácil para él”, sueña en voz alta.

Álvaro Mena, es un hombre con opinión y a su juicio “El RUN es importante porque los torneos de la Federación nunca movieron tanto el tenis como los RUN. La Federación jamás me ha apoyado… tampoco busqué apoyo en ellos, no puedo echarles la culpa, pero he sabido de tenistas muy buenos que no han recibido el apoyo suficiente”, nos recalca. Sin limitar sus opiniones, los medios de comunicación también entran en la crítica: “Yo creo que no apoyan ni a los tenistas famosos ni a los demás tampoco, sólo apoyan la industria del tenis en sí, a excepción de hace uno o dos años en donde han apoyado a algunos tenistas juniors”, reconoce.

Los próximos pasos de Álvaro son jugar interclubes en Italia en la serie C, porque su interés es subir a la serie B de Italia. “Quiero que me obliguen y me lleven a jugar futuros desde los clubes donde me contraten, para que saque puntos ATP y algún día logre pasar una clasificación de un Challenger”, se confiesa. Sus intenciones de ir a Italia es porque el año 2003 inventó un método para reprogramar el tenis de un jugador de alto nivel. Para ello está terminando de desarrollar una teoría científica a la que quiere darle más relevancia al haber sido él mismo profesional del tenis. De lo contrario, se encuentra con barreras para desenvolverme con algunos tenistas profesionales. “Jugar interclubes en Italia me permite entrar a un rango de profesional y así puedo ser mejor comprendido por los tenistas que por sólo haber jugado RUN”.

Sacar puntos ATP es difícil y hay que jugar muchos futuros porque hay un factor suerte incorporado. Mientras más juegas, más aumentas las posibilidades de ganar puntos. Una vez que consigues el primero, se te abre la puerta para ir obteniendo muchos más. “Todo esto requiere inversión de dinero, tiempo y motivación, un costo que a mi edad no deseo correr ni tampoco tengo los medios para hacerlo” nos cuenta Álvaro.