Wimbledon comenzó con un severo debate entre expertos y comentaristas sobre el cada vez mayor número de jugadoras que gritan durante los partidos. Muchas tenistas deciden gemir, gritar y hacer gruñidos en la cancha para provocar miedo en sus oponentes o generar presión sicológica, pero, por otro lado, se explica como liberación de energía para poder jugar el tenis agresivo y potente de hoy.
En todo caso, las autoridades de Wimbledon lo tienen claro: no tolerarán gritos exagerados de tenistas y, si alguien se ve afectado en el juego por el ruido deliberado de su oponente, el jugador ganará el punto. Que Sharapova vaya tomando nota.
Fuente: LUN
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